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Friday, September 15, 2006

What's going wrong?

He pasado 2 veranos en Eivissa y aun me faltan algunas calas o playas por conocer y en este último viaje, pude darme una vuelta por algunas ubicadas al este de Ibiza, por la zona de Santa Eulària des Riu.

Es impresionante que una isla pequeña como esta posea tal cantidad de paisajes tan distintos, lo que me hace pensar que antes de que los bosques de concreto que hoy llamamos "complejos turísticos" invadieran el lugar, Eivissa debió ser un paraíso.

Aquel día que fuimos de playa en playa en el coche del Andrea tuvimos el tiempo a favor, clima agradable y empezamos el tour desde temprano asi que nos rindió muchisimo el viaje.

Cada playa era distinta, alguna con rocas, alguna demasiado tranquila, alguna con un acceso francamente imposible pero, el agua cristalina y los diversos tonos de azul era constante. Al llegar a la última que visitamos, Cala Boix, había unos barcos fondeados y el color del mar invitaba a nadar, sin embargo, no había nadie en la playa. Pocos nadaban y casi todos estaban a la orilla. Al principio no entendiamos y teniamos cara de What!? pero pronto nos dimos cuenta: medusas.

Esos bichos que este verano han invadido las costas de Catalunya y Baleares son francamente desagradables. Además de ser feos, si uno de esos se pega a la piel, produce una quemazón que te hace ver a dios en la tierra. El caso es que fue francamente triste. Tenias la playa perfecta, esa que seguramente más de uno definiría como el paraíso, el día perfecto, y no te puedes bañar en el mar porque te puedes encontrar una meduza que va a hacer mierda el resto de las vacaciones.

En los diarios dieron muchas explicaciones del por qué llegan a la orilla estos animales, y ya en la playa, muchos decían que era porque la sobre pesca de atunes ha provocado esta situación y así, muchas versiones más.

Al ver las noticias uno se muestra un tanto indiferente ante las notas del cambio climático y cosas del estilo, pero esta es la primera ocasión en que experimento esta impotencia al ver que estamos destruyendo al planeta.

Y esta es la reflexión: ¿Qué puta culpa tengo yo?. Soy un agente mínimo en el proceso del calentamiento global, no compro productos que no sean biodegradables, cuido el agua, ahorro energía, tengo bicicleta, uso el transporte público y además, soy alergico al pescado. Agradezco al puto consumismo global el haberme jodido uno de mis más grandes placeres: nadar en el mar.